Quizá las emociones sean, poéticamente hablando,
como una ola que arranca de muy adentro,
avanza encrespándose, y al llegar a la playa,
estampa sobre la arena el rastro originario del mar que somos,
un mar tan bravo como azul,
que ruge a menudo
bajo superficies de apariencia calma y delicada.
Y adentrarnos en el mundo emocional
qizá sea iniciar una ventura poética integradora y apasionante,
que nos conducca hacia esa otra orilla donde brota la vida,
hacia esos fondos submarinos
donde se esconde el secreto de nuestra identidad,
hacia esas profundidades intrincadas y hechizadoras
donde se originan las olas que de verdad cuentan.
Eva Bach.
2009/01/14
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